Mauricio Hernández Pineda, exoficial de la Policía Nacional de Honduras de 53 años, enfrenta su sentencia el próximo 2 de julio y ha enviado una emotiva carta al juez Kevin Castel, rogando por una segunda oportunidad.

En su carta, Pineda se muestra profundamente arrepentido y describe el impacto devastador que sus errores han tenido en su vida y la de su familia.

"Mi madre murió en octubre de 2023; mi hermano mayor también falleció. No pude darles mi último adiós y esto es algo que no he podido superar. Mi padre es muy mayor y está muy enfermo. No puedo ayudarlo debido a mi situación actual y me gustaría verlo antes de que muera", expresa Pineda en su carta, mostrando el dolor que ha marcado estos años en prisión.

Hernández también lamenta la distancia con sus hijos, a quienes no ha podido ver ni ayudar desde su entrega en febrero de 2020.

"En estos cuatro años, no he recibido visitas de mis familiares. Mi salud se ha deteriorado. Me han diagnosticado varias enfermedades y me infecté dos veces con el virus Covid-19. Casi muero y todavía sufro sus secuelas. He vivido situaciones terribles, graves e inhumanas en las cárceles donde he estado encarcelado", relata con pesar.

La carta que envió Mauricio Hernández al juez Kevin Castel.

Positivo

A pesar de las adversidades, Pineda asegura que ha mantenido una actitud positiva y ha aprovechado su tiempo en prisión para mejorar como persona.

"Este tiempo en prisión ha cambiado mi vida y creo que soy una mejor persona. Aprendí a valorar mi vida, mi familia y cada pequeña cosa. Mi mayor deseo es volver con mi familia, trabajar y apoyarlos. Hay muchas cosas negativas, pero también hay muchas positivas que me han ayudado a cambiar y corregir mis errores", confiesa en la carta.

Durante su tiempo en prisión, Hernández Pineda ha dedicado sus días a actividades constructivas. Enseña español a siete reclusos, ha leído unos 20 libros, toma clases de inglés, hace ejercicio y asiste a las diferentes charlas que ofrece el centro penitenciario en Nueva Jersey.

"Coordino y asesoro a un grupo cristiano de quince personas. Estoy preparando un proyecto sobre una granja avícola para la producción de huevos. Siempre quise trabajar en esta área porque tengo algunos conocimientos básicos de este trabajo", detalla.

El exoficial de la Policía planea, una vez salga de prisión, trabajar en una granja en su comunidad.

Ama su familia

"No soy una mala persona. Amo mi vida y amo a mi familia y creo firmemente en Dios. He pasado la mayor parte de mi vida trabajando y haciendo cosas buenas. Esta es la primera vez que estoy involucrado en esta situación. Estoy corrigiendo mis errores. Pido me brinde la oportunidad de obtener mi libertad y poder regresar con mi querida familia, con la promesa de que no cometeré estos errores", finaliza diciendo en su carta.

La carta de Mauricio Hernández Pineda es una súplica desesperada de un hombre que busca redención y una nueva oportunidad para enmendar su vida y reunirse con sus seres queridos, una vez cumpla su condena.

El proceso

El 4 de septiembre de 2019, el gobierno de los Estados Unidos acusó a Hernández Pineda por tres cargos, entre ellos conspirar para traficar cocaína a ese país, brindar seguridad armada para envíos de droga y recibir fuertes sumas de dinero de ganancias provenientes del narcotráfico.

El exoficial, que fue depurado en 2018, ha sido vinculado al exdiputado Antonio Hernández (de quien sería primo) en la conspiración para importar cocaína a los Estados Unidos. Hernández cumple condena de cadena perpetua en Estados Unidos.

Según se informó en su momento, el exoficial se habría entregado a las autoridades estadounidenses en el año 2020.

El 2 de febrero de 2024, Mauricio Hernández Pineda se declaró culpable conforme a un acuerdo de culpabilidad.

El Departamento de Libertad Condicional recomendó una sentencia de cadena perpetua, la Fiscalía pide 240 meses de prisión y la defensa solicita 180 meses (15 años).