En su informe de enero a agosto de 2023, denominado "La securitización y la aplicación de medidas restrictivas de gobernanza migratoria en las fronteras", la Oacnudh indicó que se recibieron múltiples denuncias de abusos en las fronteras, sobre todo desde el inicio de las caravanas de migrantes iniciadas en 2018 en Honduras y desde la aplicación de medidas de restricción de movilidad en el contexto de la pandemia del covid-19 en 2020.
"Para prevenir la migración irregular y contener los flujos migratorios, algunos países en la región han implementado medidas y políticas restrictivas de migración y gobernanza de fronteras con fines de seguridad, como la militarización, que afectan las opciones de muchas personas migrantes para viajar de forma segura y regular, y en muchos casos tiene efectos perjudiciales para sus derechos humanos", destacó la Oacnudh.
El organismo indicó que, aunque la colaboración de fuerzas de seguridad con autoridades migratorias en las fronteras de algunos países ha contribuido a rescatar y salvar vidas de personas migrantes en situación de vulnerabilidad, por ejemplo en la selva del Darién, Panamá, en otros países estas medidas han sido un factor de riesgo para los derechos humanos de las personas migrantes.
Crisis en el Darién
Según cifras, por el Darién han pasado ya más de 350,000 personas -sobre todo venezolanos- con rumbo a México y Estados Unidos.
En Nicaragua, por ejemplo, el régimen de Daniel Ortega implementó la estrategia "Muro de Contención", como parte del Plan de Protección de las Fronteras Estatales, bajo el cual se detuvo a más de 8,000 migrantes en tránsito en la frontera sur, y quienes luego fueron puestas a disposición de la autoridad de migración.
Muchos de los migrantes que han cruzado por el Darién se han estancado en Honduras, país que, según la Oacnudh, brinda pocas facilidades a los migrantes para seguir en ruta hacia Guatemala, México y posteriormente, Estados Unidos, donde culminan su odisea.
Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), entre el 1 de enero y el 27 de septiembre, ingresaron a Honduras unos 331,000 migrantes de manera irregular, y se proyecta que cerca de medio millón de personas migrantes circularán por el país al cierre del año 2023.