El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, experimentó una drástica caída desde la cima del poder político hasta su encarcelamiento y juicio en los Estados Unidos. Su declive comenzó el 23 de enero de 2019, cuando la Corte del Distrito Sur de Nueva York presentó una acusación en su contra por tráfico de drogas hacia los Estados Unidos. Desde entonces, su vida tomó un giro dramático. Pero desde años atrás se le investigaba.

La acusación formal que formuló la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York alega que desde el 2004 hasta alrededor de 2022, Juan Orlando Hernández, que fue presidente de Honduras durante dos mandatos, participó en una conspiración de narcotráfico para facilitar la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a los Estados Unidos.

Hernández supuestamente recibió millones de dólares para usar su cargo público, las fuerzas del orden público y el ejército para apoyar a las organizaciones de narcotráfico en Honduras, México y otros lugares.

Aseguran que desde por lo menos 2004, las organizaciones de tráfico de drogas en Honduras trabajaron para recibir toneladas de cocaína enviadas a Honduras desde, entre otros lugares, Colombia y Venezuela, a través de rutas marítimas y aéreas.
Estas organizaciones luego transportaron la cocaína hacia el oeste en Honduras, a su frontera con Guatemala y, finalmente, al norte rumbo a los Estados Unidos.

Durante este tiempo, los participantes de esta conspiración transportaron más de 500,000 kilogramos de cocaína a través de Honduras con destino a los Estados Unidos.

Para garantizar que estos envíos masivos de cocaína pasaran con seguridad por Honduras, las mayores organizaciones de tráfico de drogas de la región obtuvieron el apoyo y la protección directa de ciertos funcionarios públicos hondureños prominentes, incluido Hernández.

A cambio, estos traficantes pagaron millones de dólares en sobornos al entonces mandatario y a otros funcionarios públicos.

Tras un juicio que duró tres semanas, el jurado encontró culpable al expresidente. El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó tres cargos contra el exmandatario: conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, conspiración para poseer armas de fuego y dispositivos destructivos para el narcotráfico, y posesión de ese tipo de armamento durante la conspiración de narcotráfico.

El futuro de Hernández parece sombrío. Los expertos creen que podría ser trasladado rápidamente a una prisión de mediana o máxima seguridad, lejos de la prisión metropolitana de Nueva York. Aunque sus defensores continúan apelando a su inocencia y a sus logros como presidente, el veredicto del juez y el destino de Hernández están en manos del sistema judicial estadounidense.