Las declaraciones fueron dadas en el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, que se celebra cada 30 de julio, y explicaron el desafío que representa esta problemática para el Estado hondureño, al atacar la convivencia armónica de la sociedad y vulnerar la libertad y dignidad de los seres humanos.
La titular del Conadeh enfatizó en que la trata de personas constituye una violación a la libertad individual y socava varios derechos humanos para las víctimas en su entorno familiar y social.
"Los desplazamientos forzados, las desigualdades económicas que se traducen en altos niveles de pobreza y miseria aumentan los riesgos de trata y exponen a las personas a ser víctimas de los traficantes", expresó Izaguirre.
Agregó que las personas con limitado acceso a la educación, atención sanitaria, empleo digno, así como aquellos que sufren discriminación, violencia y abusos, son frecuentemente los principales objetivos de los traficantes.