Yailin González y su hijo, José Vásquez, venezolanos que actualmente se encuentran en Honduras, son parte de esta cifra y tienen un testimonio aterrador de su travesía en busca de mejores oportunidades.

Según la joven madre, cuando cruzaron la selva, fueron asaltados, lo que los dejó sin calzado y comida a mitad de la peligrosa ruta. Esta situación provocó una crisis en el menor, afectándolo psicológicamente.

"En Puerto Limón (Panamá) un psicólogo lo evaluó y me dijo que el niño había perdido su memoria. Tuvimos que quedarnos un mes hasta que el niño volviera en sí porque estaba en shock", reveló González entre lágrimas en una entrevista para Frente a Frente de Canal 5.

"No me reconocía, el niño quería salir corriendo, me empujaba y fue por obra de Dios que le devolvió su memoria, Dios tiene un propósito con mi hijo", añadió a su relato.

Por su parte, el pequeño José recuerda cómo después de dormir en un refugio, les robaron y tuvieron que caminar "casi la mitad de la selva sin nada en los pies y sin comida" hasta encontrar refugio.

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Los peligros del Darién

La región del Darién abarca casi 12 mil kilómetros cuadrados de selva tropical. A los peligros naturales se suma la presencia de grupos criminales. Defensores de derechos humanos han reportado casos de robos, asaltos y violaciones. Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 37 migrantes han perdido la vida intentando cruzar esta región en 2023.

González, proveniente de una familia de bajos recursos y con una madre enferma, relató cómo sufrieron extorsiones por parte de los 'guías' para poder avanzar de un punto a otro, siendo obligados a trabajar sin remuneración si no tienen dinero.

Además, señaló que hay tramos donde los dejan solos para ser asaltados. También deben cruzar pasos peligrosos, como pantanos de lodo con la profundidad suficiente para cubrir el pecho de un adulto. Además, hay casos de abusos sexuales por parte de los nativos.

En la actualidad, la madre venezolana sobrevive día a día en las calles de Tegucigalpa con la ayuda de los hondureños. Para su futuro cercano, busca reunir los fondos necesarios (entre L745 y L2,236) para llegar a la frontera con Guatemala y continuar su travesía hacia Norteamérica.

Según el Instituto Nacional de Migración (INM) de Honduras, durante 2023 han transitado irregularmente 330,546 personas, de las cuales 149,790 son originarias de Venezuela.

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