Según lo que se ha conocido a través de Telenoticias Estelar, la visita sigilosa de la embajadora Dogu a Casa Presidencial, realizada la tarde del jueves, tenía como único propósito exponer las preocupaciones de Washington en relación a la elección interina de Johel Zelaya como fiscal general y Mario Morazán como fiscal general adjunto.

El pasado miércoles, la Comisión Permanente del Congreso Nacional nombró y juramentó a Zelaya y Morazán como fiscales generales de manera interina, apoyándose en el artículo 208, numeral 11, de la Constitución de la República, a pesar de la oposición de las bancadas contrarias.

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No obstante, "Honduras intentó persuadir a la diplomática, pero no habría logrado convencer a Washington", según la organización Transparencia Internacional.

Además de la embajadora Dogu, otros funcionarios de alto rango de la Administración Joe Biden, como Samantha Power, administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y Brian A. Nichols, aubsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, han condenado la decisión tomada por el Congreso Nacional en relación con la elección de autoridades del Ministerio Público.

Frank O. Mora, embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), se sumó a las voces de preocupación y cuestionó la acción.

"El poder de Estados Unidos está cuestionando esa acción, entonces no se trata de convencer", consideró Carlos Hernández, director ejecutivo de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), capítulo en Honduras de Transparencia Internacional.

Sin embargo, el embajador de Honduras ante la OEA, Roberto Quesada, respondió a las críticas de su homólogo estadounidense, argumentando que se trata de cuestiones constitucionales de un país soberano.

"No soy yo, son argumentos constitucionales de un país soberano. Honduras, como tal, también respeta la Constitución de EE. UU., por más que haya cosas que no puedan gustar", afirmó Quesada.

Oposición: 'Argumento es débil'

No obstante, el jefe de la bancada del Partido Nacional, Tomás Zambrano, opinó que el argumento del Gobierno es débil.

"Libre no convence a nadie, solo convence a los que están con su ideología y que creen que todo lo que hace es correcto", dijo Zambrano.