Cuentos Cortos Honduras, en la etapa escolar hondureña es imposible que no se pase por la tarea de buscar cuentos y leyendas del país, narraciones que forman parte de nuestra tradición oral.

Un cuento es una narración breve de ficción que generalmente se centra en un único argumento, tema o conflicto.

Asimismo, estas piezas suelen ser más cortos que las novelas y se caracterizan por su economía de palabras, porque están diseñados para poderse leer en una sesión única.

Tres cuentos cortos de Honduras

Primer amor- Froylan Turcios

La virgen de los quince años, que nunca había amado, en una tarde escarlata interrogó al hombre taciturno sobre algunas cosas del alma. Le interrogó más bien con la mirada profunda que con los labios floridos.

-El amor es una embriaguez divina. Es la suprema angustia y la suprema delicia. Amar es sufrir, es sentir dentro del espíritu todas las tempestades y todas las alegrías. Es vivir una vida fantástica, impregnada de tristeza y de perfumes. Es soñar dulces cosas a la hora del crepúsculo y cosas extrañas en la callada medianoche. Es llevar constantemente en las pupilas la imagen de la mujer querida, y en el oído su voz, y en todo el ser la gloria de su encanto.

Ella le miraba sonriendo misteriosamente.

El continuó:
—No sé lo que una mujer pueda pensar y sentir; pero me imagino que en ustedes las sensaciones son más sutiles y más hondas.

—Habla usted de tristeza y de sufrimiento -exclamó ella-, y yo creía que en el amor no cabían esas palabras.

—Yo me he referido únicamente al amor sin esperanza -murmuró en voz baja el taciturno-. Al hablar de tristeza y de sufrimiento me he referido al amor sin esperanza. He dicho la emoción de amar; pero no la de sentirme amado.

—Usted, pues, ¿jamás ha sido amado?

Cuento "Mi Primer amor" Foto: Cortesía
Cuento "Mi Primer amor" Foto: Cortesía

—He sido amado locamente por mujeres blancas y tristes, por vírgenes morenas y ardientes. He sido amado por muchas criaturas seductoras. Las he sentido sollozar en mis brazos y jugar con mis cabellos y cubrirme de besos apasionados. Pero en el fondo de mi alma he permanecido impasible, frío ante sus caricias.

—Entonces- dijo la jovencita-, ¿no conoce usted el verdadero placer de sentirse amado? Porque si usted no amaba, no podía gozar con el amor de las otras…

—Sí, ciertamente, no he gozado con el amor de las otras.

—No conoce usted- dijo ella gravemente- el placer de ser amado. O quizá no habrá sentido el amor.

—No conozco ese placer. Es decir, conozco, ahora, el amor; pero no la felicidad de sentirme amado. Diera la vida por una hora de esa felicidad. Usted es la única en el mundo que pudiera dármela.

Ella no contestó.
Pero entre la llama violeta del crepúsculo, la vio temblar y ponerse pálida.

La mejor Limosna- Froylan Turcios

Horrendo espanto produjo en la región el mísero leproso. Apareció súbitamente, calcinado y carcomido, envuelto en sus harapos húmedos de sangre, con su ácido olor a podredumbre.

Rechazado a latigazos de las aldeas y viviendas campesinas; perseguido brutalmente como perro hidrófobo por jaurías de crueles muchachos; arrastrábase moribundo de hambre y de sed, bajo los soles de fuego, sobre los ardientes arenales, con los podridos pies llenos de gusanos. Así anduvo meses y meses, vil carroña humana, hartándose de estiércoles y abrevando en los fangales de los cerdos; cada día más horrible, más execrable, más ignominioso.

El siniestro manco Mena, recién salido de la cárcel donde purgó su vigésimo asesinato, constituía otro motivo de terror en la comarca, azotada de pronto por furiosos temporales. Llovía sin cesar a torrentes; frenéticos huracanes barrían los platanares y las olas atlánticas reventaban sobre la playa con frenéticos estruendos.

Cuentos Cortos Honduras. Foto: Cortesía
Cuentos Cortos Honduras. Foto: Cortesía

En una de aquellas pavorosas noches, el temible criminal leía en su cuarto, a la luz de la lámpara, un viejo libro de trágicas aventuras, cuando sonaron en su puerta tres violentos golpes.

De un puntapié zafó la gruesa tranca, apareciendo en el umbral con el pesado revólver a la diestra. En la faja de claridad que se alargó hacia afuera vio al leproso destilando cieno, con los ojos como ascuas en las cuencas áridas, el mentón en carne viva, las manos implorantes.

— ¡Una limosna!— gritó — ¡Tengo hambre! ¡Me muero de hambre!

Sobrehumana piedad asaltó el corazón del bandolero.

— ¡Tengo hambre! ¡Me muero de hambre!

El manco lo tendió muerto de un tiro exclamando:

—Esta es la mejor limosna que puedo darte.

El cambia mentes- Edgardo Molina

El 12 de marzo de 2435 se inventó la primera máquina cambia mentes. El caso es que entre humanos todo iba bien, entonces decidieron probar con animales. Eligieron al animal más cercano al ser humano para la prueba. El perro era un aguacatero de pura sangre y el sujeto un vagabundo.

El doctor les puso los electrodos en la cabeza y en dos minutos todos los archivos mentales se trasladaron del uno al otro. El perro se puso en pie y nada, siguió siendo perro. En cambio, el humano con mente de perro empezó a ver todo muy rápido, comenzó a aprender aceleradamente.

La percepción temporal del perro se quedó en el cuerpo del humano, por lo que comenzó a vivir de manera más rápida, pues pensaba que cada año eran diez para él.

El cambia mentes forma arte de los cuentos cortos de Honduras.
El cambia mentes forma arte de los cuentos cortos de Honduras.

Fue así como la humanidad pasó su mente a los perros y los perros pasaron su mente a la humanidad. Desde ese año ya pasaron cien años y desde entonces los perros ya no son fieles, ahora los humanos lo somos. Los perros hacen las guerras, no los humanos. Por eso hemos decidido que matando al perro se acabó la rabia. Este mundo es para los humanos, no para los perros. Sacrificaremos a los perros para vivir en paz.