El Sile, una pequeña comunidad en Gracias, Lempira, se encuentra sumida en el suspenso y la expectación ante la inminente sentencia de uno de sus habitantes más notorios: Mauricio Hernández Pineda, de 53 años.

El próximo 2 de julio de 2024 a las 3:00 p.m. hora de Nueva York, el juez Kevin Castel dictará la sentencia que definirá el destino del exoficial de la Policía Nacional.

Mauricio Hernández, conocido en la región como un hombre de influencia y poder, se ha declarado culpable de tres cargos relacionados con el narcotráfico, lo que ha generado un profundo impacto en su comunidad natal.

"Era impensable imaginar que pudiera estar involucrado en esas actividades ilícitas. Sus orígenes son humildes, su familia es muy querida en la comunidad, y aquí solo vive su padre, que está muy enfermo", dijo Sebastián López, habitante de El Sile.

La defensa ha solicitado una sentencia de 15 años, mientras que la Fiscalía pide 20 años de prisión.

El Sile una alldea de Gracias que se ubica en la carretera que va a La Iguala, Lempira.

Siguen de cerca el caso

En El Sile, una comunidad de 1,346 personas la gente sigue con interés el desarrollo del caso, esperando que la justicia sea justa pero también con la esperanza de una sentencia menos severa.

Las conversaciones que sostuvo tunota.com con algunos pobladores giran en torno al futuro de Hernández Pineda, con opiniones divididas entre aquellos que creen en su inocencia y quienes aceptan su culpabilidad, pero esperan clemencia.

"Era de bajo perfil, un hombre muy humilde al que se le respetaba en la comunidad, pero si la justicia lo acusó tendrán sus razones. Aquí solo esperamos que sea una sentencia leve para él", refiere Antonio Villanueva, poblador de El Sile.

La sentencia de Mauricio Hernández no solo afectará a su familia y amigos dicen los pobladores, sino que también tendrá repercusiones en la percepción del sistema judicial entre los habitantes de esta tranquila comunidad.

"Ojalá le den los 15 años que pide la defensa y esperamos que una vez pague por esos delitos regrese a la comunidad", dijo López.

¿Quién es Mauricio Hernández?

Hernández pertenece a la 15ª promoción de la Policía Nacional y sus compañeros lo recuerdan como un buen compañero: colaborador, callado, tranquilo, un buen oficial que siempre buscó "mantener un bajo perfil".

"Era un individuo bien ubicado y a quien no le gustaba meterse en problemas. En resumen, era excelente. Sorprende la acusación que le hace Estados Unidos por temas de narcotráfico. Según lo que recuerdo, nunca se le vio en alguna actividad sospechosa ni se notaron indicios de algo raro", comenta un excompañero de promoción.

A lo largo de su carrera en la institución policial, Mauricio Hernández Pineda fue inicialmente asignado a la jefatura departamental de Copán.

Posteriormente fue trasladado a la posta municipal de El Paraíso, Copán. En etapas posteriores, prestó servicio en el departamento de Ocotepeque y más tarde en la Dirección de la Policía de Fronteras, donde desempeñó su labor en Puerto Cortés.

Mauricio Hernández Pineda se declaró culpable de los tres delitos que se le imputan en esa Corte: conspirar para trasegar cocaína a Estados Unidos y el uso de armas y dispositivos destructivos durante las operaciones del narcotráfico.

Operativos de aseguramiento de los bienes de Mauricio Hernández Pineda en Honduras.

El apoyo al narco

Su involucramiento en las actividades del narcotráfico comenzó en el año 2000, cuando participó en el transporte y la seguridad de cargamentos de droga que los cárteles de occidente trasladaban hacia Guatemala.

Mauricio Hernández informaba a los cárteles sobre los operativos de la Policía Nacional a lo largo de la ruta y reclutaba a otros oficiales y policías para que prestaran sus servicios a estas organizaciones.

A través de estas actividades, Mauricio consolidó una fortuna que le permitió pasar de ser un hombre humilde a poseer riqueza, ayudando a su familia y amigos.

Mauricio ha expresado su arrepentimiento por su participación en estos ilícitos y ha solicitado clemencia al juez, esperando una sentencia leve.