A pesar de contar con un presupuesto de L8,738 millones -una cifra significativamente mayor que la destinada a la construcción de escuelas o el mantenimiento del Hospital Escuela- el PNRP es incapaz de cumplir su objetivo principal: la reducción de las pérdidas de energía eléctrica en el país.

El PNRP, establecido en 2022 para rescatar a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) de una prolongada crisis financiera, tenía la misión de mejorar la eficiencia energética y reducir las pérdidas, lo cual no solo mejoraría la calidad del servicio para los ciudadanos, sino que también liberaría fondos públicos para ser reinvertidos en sectores cruciales como salud, educación y seguridad. Sin embargo, lejos de alcanzar su meta de reducir las pérdidas al 30.89% para finales de 2023, el informe de ASJ indica que estas se incrementaron a 38.37%, el nivel más alto en 18 años.

Este aumento en las pérdidas de energía tuvo un costo estatal de L22,391.17 millones en 2023, una cantidad suficiente para financiar importantes proyectos de infraestructura y educación. Además, el PNRP solo logró ejecutar el 22% de sus acciones planeadas para 2023, incluyendo la instalación y el cobro de conexiones ilegales a una fracción de los usuarios previstos y la revisión de conexiones en un número muy reducido de industrias.

La situación se agrava al considerar la eficiencia del personal asignado al PNRP. Con 1,930 empleados, el promedio de instalación de medidores fue de menos de dos por semana por empleado, un rendimiento muy por debajo de lo esperado. Si esta tendencia continúa, las pérdidas podrían escalar a 43% para finales de 2025, resultando en un impacto económico acumulado de L 90,186 millones durante los cuatro años del actual gobierno.

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Aumento de presupuesto no garantiza el éxito

La ASJ también señaló la existencia de múltiples entidades trabajando bajo el mismo objetivo, pero con presupuestos y personal separados. Esto incluye la gerencia de Distribución en la ENEE, el PNRP y la Unidad de Control de Distribución (UTCD), todas operando bajo el mismo fideicomiso. Esta fragmentación llevó a una falta de claridad en la responsabilidad de los resultados y en la diferenciación de funciones, lo que complica aún más el panorama.

Ante esta situación crítica, la ASJ insta a las autoridades a revisar y replantear las estrategias implementadas para lograr una gestión más eficiente y efectiva en la reducción de las pérdidas energéticas. La eficiente asignación de recursos públicos es crucial, no solo para garantizar servicios energéticos de calidad, sino también para asegurar que estos sean accesibles para las poblaciones más vulnerables.

Este fracaso en la gestión de recursos del PNRP resalta una problemática más amplia en la administración pública: la necesidad de una mayor transparencia, responsabilidad y eficiencia en el uso de los fondos estatales. La situación actual demuestra que el mero aumento del presupuesto no garantiza el éxito de un programa, especialmente cuando no hay un seguimiento adecuado del rendimiento y los resultados.

El impacto de este fracaso no se limita solo a las finanzas públicas; repercute directamente en la vida de los ciudadanos hondureños, quienes continúan soportando un servicio de energía deficiente y costoso. Además, el desvío de fondos que podrían haberse utilizado en áreas esenciales como la educación y la salud deja en evidencia la urgencia de revaluar las prioridades gubernamentales y la gestión de los proyectos estatales.

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Este artículo fue redactado con ayuda de Inteligencia Artificial (IA).