En la declaración pública lamentó que se difundieran asuntos internos de manera malintencionada, dañando la integridad de los más altos funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos.

Señaló que durante su periodo como subsecretario de Derechos Humanos, buscó el camino del diálogo para hallar soluciones a los problemas internos que se presentaron.

"Mismos que deberían tener fácil solución, no obstante, se afecta el desempeño de la institución", señala en el escrito.

Evaluación

Los más altos estándares profesionales exigen que los funcionarios, tanto públicos como privados, lleven a cabo procesos de evaluación con sus colaboradores o empleados, y no de manera oculta, reprobó.

"Al realizar una evaluación, el responsable redacta un informe, convoca al empleado y ambos se reúnen para discutirlo", según la declaración pública.

Si surge un caso, señala, se establece un plan de formación para respaldar el crecimiento profesional, y se firma un acuerdo o desacuerdo total o parcial, posteriormente, el subalterno realiza otro con su superior.

Denunció que filtrar un oficio de una dependencia de Estado a la mandataria hondureña es una falta grave a la confidencialidad que rige las comunicaciones.

“No es ético ni profesional, y está en contradicción con el Código de Conducta Ética del Servidor Público abusar del poder y dar malos tratos a los subalternos; las decisiones unilaterales son una muestra de poder absoluto que se ejerce contra los más débiles”, afirmó.

Aunque la renuncia de los subsecretarios de Derechos Humanos se divulgó desde la semana pasada, la ministra Natalie Roque negó tales acontecimientos.

Aunque era una especie de crónica anunciada, este lunes se confirmó la renuncia de Guido Eguigure.

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